Somos un grupo de mujeres y organizaciones con perspectiva feminista que llevamos más de un año trabajando juntas, pues estamos preocupadas por la creciente militarización de nuestro país. Estamos convencidas de que la militarización no es la respuesta a los problemas de inseguridad, violencia, corrupción e impunidad que enfrenta México; por el contrario, los exacerba. El aumento sostenido de las tareas, atribuciones y presupuesto asignados a las fuerzas armadas, incluso más allá de la seguridad pública, nos obliga a organizarnos y posicionarnos de manera contundente.
Existen décadas de evidencia sobre los efectos nocivos de militarizar la estrategia de seguridad. Estos son palpables en los aumentos en violaciones a derechos humanos, incluida la tortura y las desapariciones forzadas, y en los altos índices de homicidio que hoy tiene nuestro país. Resaltamos la relación entre la militarización, la disponibilidad de armas de fuego y el aumento de homicidios tanto en vía pública como en los hogares. De cada diez mujeres asesinadas en México hoy, seis murieron por un arma de fuego. Hace dos décadas eran tres de cada diez. Lejos de replantear la estrategia de seguridad, observamos con preocupación cómo el modelo de militarización se replica en otros ámbitos. ¿Por qué insistir en una estrategia fallida, patriarcal y alejada de la sociedad?
Nos negamos a aceptar que una institución opaca, autoritaria y antidemocrática pordiseño sea la encargada de la estrategia de seguridad en nuestro país. Abogamos por mecanismos e instituciones democráticas, transparentes e incluyentes como base dela solución a los diversos y profundos problemas sociales que enfrenta nuestro país.
Los feminismos, históricamente, hemos lidiado con instituciones rígidas, verticales y autoritarias. Nos interesa deconstruir todas las estructuras opresivas, y la militarización es la expresión máxima del poder autoritario del Estado. Una institución que antepone la obediencia a la cooperación y las órdenes al diálogo, es una institución que inhibe la libertad, la diversidad y la democracia. La militarización no puede ser el camino para construir la sociedad a la que aspiramos.
Repensar la seguridad desde los feminismos es reconocer el rol de las mujeres frente a las violaciones a los derechos humanos y la exigencia de justicia. Es reconocer que las dinámicas de violencia social se traducen en dinámicas de violencia familiar. Es alzar la voz ante la opacidad, la impunidad y el miedo latente. Las feministas llevamos mucho tiempo pensando en cómo hacerle frente a la violencia, la invisibilización y la injusticia. Exigimos un lugar en la mesa, donde buscamos aportar nuestras distintas fuentes de experiencia, conocimiento y herramientas para contribuir en la construcción de nociones de paz y justicia verdaderamente incluyentes.
Desde la Red Feminista Antimilitarista buscamos incidir en la creación de soluciones distintas a las que se han intentado hasta ahora. Queremos construir una idea de seguridad basada en la comunidad y no en el miedo. Ya hemos visto suficiente como para saber que la opacidad sólo conduce a arbitrariedades e injusticias.
Demandamos someter a las fuerzas armadas a controles democráticos empezando por la transparencia y rendición de cuentas. Reclamamos el plan de retiro gradual de éstas para el 2024, como se comprometió el gobierno al aprobar la Guardia Nacional. Exigimos justicia, verdad, reparación y garantías de no repetición para las víctimas de esta estrategia fallida.
Hacemos un llamado a imaginar en conjunto una estrategia de seguridad que no implique más muertes. Buscamos construir un país que refleje un futuro democrático y feminista, en lugar de ser herencia de un pasado autoritario.